jueves, 20 de diciembre de 2018

Festivales ¿para quién?


Llega el fin de año y el fin de curso y ¡a bailar! Peques de infantil y primaria al escenario, venga, a demostrar ante toda vuestra familia (o tal vez no porque no tienen la suerte de tener un horario flexible), miles de personas y compañeros de otras clases lo bonito y lo bien que bailáis y cantáis. No falléis, que con las horas que hemos dedicado...  ¡¿De verdad?! ¿Es necesario?

Año tras año, muchos coles siguen esta tradición (¿quién narices pensó que sería una buena idea?) y las familias acuden en hordas a ver a su peque, ¡qué bonito, oye! Os voy a contar un poco qué puede haber ocurrido entre bambalinas antes de poder "disfrutar" de ese baile que tanto entusiasma a las familias. Repito, digo qué PUEDE haber pasado, no necesariamente en todos los centros ocurre todo lo que se cita a continuación (aunque en algunos puede ocurrir todo y más), pero si no lo decía reventaba...

Primero hay que escoger la canción.
¿Los protagonistas?
Qué va, las canciones siempre las escogen los profes, que para eso les conocemos y sabemos bien con qué canción se van a lucir o vamos a hacer reír más a las familias.  Bueno, y si somos cole bilingüe o trilingüe, ¡a demostrarlo! Y si en música han aprendido a tocar la flauta que es muy original, también.
Pero... Si no entienden la mitad de la letra
Venga al lío, ya no hay exámenes, bueno tal vez hay recuperaciones, pero ahora toca fiesta, que se distraigan un poco y a ensayar. Vamos, que les va a encantar, porque aprender es aburrido así que cualquier cosa que salga de sentarse 8h será divertido y aplaudido, y si no pues amenazas o ridiculizas y listo. ¿Qué pasa, quieres ser la única persona que no se sabe el baile? Vas a ser la única persona que no van a ver, ¿seguro que no quieres terminar de colorear tu corona? va a ser la única diferente, si no te lo aprendes vas a tener que ir al fondo...
Y ¿si no quieren? 
Da lo mismo si les apetece o no, es horario escolar, y el centro es la autoridad. Lo de escuela participativa lo dejamos para las jornadas de presentación y panfletos. No nos distraigamos con eso, organicemos la actuación, van a hacer lo que digamos, como siempre, somos los referentes y la autoridad.
Ya que no escogen canción ni si quieren participar o no. Escogerán cómo bailar, ¿no?
Lo camuflamos de fiesta, pero seamos claros, se trata de lucirse ante las familias, que todas sepan lo bien amaestrados que están en el cole. Todos en filita, en círculo, o en parejas, que se les vea bien. Bueno, a quienes no les salga muy bien mejor al fondo, no vaya a ser que desentone. Y si tenemos a uno o dos que lo hacen fenomenal, pues al centro, o un papel protagonista, que hay que lucirse. Pero que cuando son chiquitines ni se enteran de si están en el centro o no, simplemente es una fiesta y la disfrutan de inicio a fin.
No sería la primera vez que alguno echa a llorar antes de actuar.
Y como sea uno de los protas... para tirarse de los pelos. A veces lloran porque se han quedado en blanco pese haber ensayado miles de veces o porque se les ha olvidado traer el disfraz, o de los nervios, o por querer ir con su familia o por no verla entre el público.
Lo del disfraz es una odisea.
Para evitar que compitan entre ellos porque uno es más feo o no es exactamente igual que los demás ( y mira que se explica bien en la circular... ) y tener un problemón porque a ver qué haces, ¿que salga? ¿le haces un apaño? ¿le dejas al fondo? Así que para arreglar eso hacemos el disfraz en clase, bueno, si son muy chiquitines lo hacemos las profes y les estampamos las manitas, que son muy graciosas y a las familias les parece muy tierno. Además, así les tenemos más tiempo de entretenidos con preparativos del festival.
Se pasan mucho ensayando.
Pero siempre, por mucho que practiquen, sale un grupo que ayer se lo sabía al dedillo tras las 8525807 horas de ensayo y ahora dicen que se han quedado en blanco.
Siempre hay imprevistos.
Además de peques que se olvidan el disfraz, no vienen, o se olvidan de las cosas, también están los que justo estaban almorzando y se ha manchado todo el traje y es todo un drama porque ya saben que es un día muy especial y que hay que hacerlo fenomenal (además, ya saben que Los Reyes andan cerca y están atentos a todo...) porque seguramente vengan tíos, primos, abuelos y hasta el vecino.
Su mayor jurado serán las familias.
Claro, realmente no juzgan a su peque y lo comparan con otros, juzgan a la escuela, tienen que enseñar a las familias lo obedientes y listos que son todos gracias a nuestra guía. Todos sentaditos, en filita, o incluso en trona si son bebés, qué disciplinados, maravilloso. Los más mayores ya demuestran lo que les ha sido enseñado por exámenes, pero esto es una presentación en directo, una prueba con un jurado, unas oposiciones en toda regla, hay que poner toda la carne en el asador ante las familias. Para los peques también son las familias su jurado más importante, aunque saben que su profe está a un ladito mirando muy atentamente y pondrá malas caras si algo no sale como estaba previsto. Eso sí, terminar la actuación y ver a todas las familias sonriendo, aplaudiendo, diciendo lo bien que lo han hecho aunque no fuese verdad, vale la pena todo el esfuerzo, para peques y para profes.
Tal vez se han quedado como estatuas, pero les  decimos qué bien lo han hecho y qué guapos están porque es fiesta.
Y luego, además del vídeo que graban para enseñarlo a todo el mundo, se hacen fotos con unos, con otros, con profes, con amigos, y cualquiera que pase, porque hay que recordar el día. A veces están tan cansados que (de nuevo) lloran, pero están tan guapos, y ha sido tan bonito...
Sin duda es un día muy importante, aunque sin familias no se haría.
Si no fuese por mostrar nuestros dones docentes, pasaríamos el día jugando y de fiesta, porque es verdad que es agotador para profes y peques todas las horas de ensayo y preparativos, es un estrés...
La verdad no sé porqué se hace.
Conozco centros en los que la fiesta es realmente una fiesta, un encuentro, un tiempo de disfrute junto a las familias y otros compis, en el que bailar cómo, cuándo, y cuánto quieran. Visten ropas cómodas en vez de adornos que "pican" o disfraces que hacen de caminar o ir al baño una misión casi imposible.
Tal vez las familias deberían dar voz a sus peques y negarse a que su peque participe si no quiere.
Será la oveja negra, aunque si vamos difundiendo no lo será por mucho tiempo. Las familias no son conscientes o no reparan en lo que implica esa fiesta tan "divertida" en la que su peque puede que haga una actuación digna de Hollywood o un desastre digno de YouTube, porque sin duda se trata de disfrutar a costa de los peques.

*Nótese ironía en todos los puntos anteriores. 
En nuestro centro, las fiestas son junto a las familias no para deleite de éstas. La comunidad educativa decide en conjunto qué y cómo celebrar, teniendo muy en cuenta la decisión de los protagonistas. Incluso en los cumples, deciden cómo celebrarlos, porque es su vida, porque no están para hacernos bailes, porque su única tarea es jugar, porque si quieren bailar y mostrarlo lo harán, porque debemos RESPETARLES, no son nuestras marionetas ni monos de feria.