lunes, 13 de julio de 2015

La escuela no es una cafetería

La frase que da nombre a esta entrada pertenece a una de las personas a las que admiro, María del Mar Romera, educadora, maestra, psicopedagoga, escritora, madre, ... una gran defensora de los intereses de los "nanos" (como ella dice). Os recomiendo busquéis algunas de sus charlas en YouTube y os empapéis de sus maravillosas ideas.

Y es que... la escuela no es una cafetería, no es un lugar al que van cuando y porque lo necesitan, reciben un servicio y luego lo abandonan sin preocuparse nunca más por los que van detrás; o, al menos, no debería ser así.

Me gustaría tomar un tiempo para reflexionar sobre algunas preguntas, muchas son generalidades, me encantaría que no fuese cierto para la mayoría, pero creo que no me equivoco si digo que muchos ciudadanos actúan así.


¿Porqué sólo nos preocupamos por el centro educativo en el que estamos y cuando estamos en él? ¿Porqué sólo participan en el centro los que están en él y no se abre a cualquier ciudadano? ¿Porqué la educación es del maestro, acaso el ganadero, que no tiene hijos ni estudios no podrá enseñar? ¿Porqué suelen seguir en el mismo centro durante todos los cursos? ¿Porqué todas las aulas son iguales y todas las lecciones tienen que ser en ellas? ¿Porqué luchamos por mejorar la educación sólo de los familiares y al pasar de curso olvidamos el anterior?


¿Qué he reflexionado yo sobre ésto? 
Lo primero, la educación es de todos todo el tiempo, cualquier persona debe involucrarse en la educación de todos los ciudadanos, no sólo de sus familiares directos. La educación tiene lugar en todo momento y todo lugar, no sólo en la escuela y durante el horario lectivo. Debemos pensar como una tribu, pensar todos en el bien común, sentirnos responsables de la educación de todos los ciudadanos. Desgraciadamente, hoy en día, si una persona ajena "osa" a corregir a otra, seguramente ésta se enfadará y considerará que se están metiendo donde no le llaman; y "peor" aún si corregimos a alguien delante de quien se considera su educador o referente, el cual probablemente nos lanzaría una mirada desafiante. ¿Porqué no trabajamos de forma conjunta en vez de enfrentarnos y considerar que otros entran en nuestra zona de actuación? Trabajemos juntos y trabajemos para todos. Si un año los familiares se dedican a decorar el aula de sus peques ¿porqué al año siguiente decoran otro aula en vez de seguir en la que ya estaban?¿porqué tienen que decorarla si los familiares del curso pasado ya la decoraron? Creo que tenemos un sentimiento muy egoísta en relación a quién educa a cada uno, no debemos olvidarnos del centro cuando los peques salen de él, porque en el centro seguirá habiendo pequeños ciudadanos que forman parte de la sociedad y merecen la misma atención.

Si queremos cambiar la sociedad debemos concienciarnos de que la educación de todos es responsabilidad de todos, con ello conseguiremos una sociedad más unida y caminando de forma conjunta, no enfrentándose compitiendo por "ser más que".



Comencemos a preocuparnos por la formación de todos, tengamos hijos o no, estén en el centro o no, en esa clase o no. Si un centro busca gente para decorar su patio, acudamos, colaboremos con los vecinos, porque lo que les demos hoy nos lo darán mañana. Si tenemos una granja, vamos a ofrecer a otros centros que vengan a verla, no sólo al de nuestros familiares. Debemos cuidar y educar a todos los ciudadanos. Si enseñamos a los peques que no hay que ayudar siempre con un fin, sino por un sentimiento de satisfacción, de sentirse parte y partícipe de la sociedad, entonces tendremos una gran sociedad unida. Dejemos de sentir que invadimos un espacio ajeno si corregimos a un peque que tira un papel al suelo o que da un tirón de pelos, todos los peques son responsabilidad de todos, busquemos el bien común y un futuro ideal.


Soñemos, sí, seguramente suene utópico, pero... si puedes pensarlo, puedes hacerlo. Poquito a poco, pasito a paso, una sociedad participativa va siendo posible. ¡Ánimo!

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