martes, 30 de abril de 2019

Acompañando hacia la libertad 2.

Observar, escuchar, acompañar, leer, contrastar, probar, repetir. Así ha sido cómo a lo largo de estos años hemos ido creciendo, aprendiendo junto a peques y familias. 

Desde el primer momento tuvimos claro que no queríamos que nos invadiese el "así se ha hecho siempre", así que pusimos en marcha un plan de acción: comprometernos personal y profesionalmente a la formación y a la evaluación continua del proyecto. 

Asumir que la mejor versión del proyecto sería la de cada día y no la que se creó al comienzo (basada en pedagogías, metodologías, filosofías y escuelas ajenas) ha sido un acierto, pues de otra manera nos hubiésemos atrancado y por tanto relajado.

Tener esta actitud de continua reflexión y revisión hace que cada nueva idea sea acogida como un reto, un reto que ponga a prueba las bases anteriores, modificándolas o fortaleciéndolas. Surge una oportunidad de cambio con cada investigación, documental, debate, etc. Surge también al acompañar y al compartir con familias, pues observando y escuchando ha sido como han surgido la mayoría de cambios.

Es entonces cuando nos encontramos con ideas y experiencias que nos llevan a cuestionarnos aquello que tiene lugar en nuestro espacio. Son las que hacen que podamos afirmar que cada día somos nuestra mejor versión. 

Hoy continuamos con un hilo que comenzamos en el blog, una publicación de octubre a la que llamamos "Acompañando hacia la libertad" (En octubre de 2018) en el que os compartimos aquello que habíamos ido cambiando hasta aquel día. Pues no es otro nuestro objetivo, mantenernos en revisión continua para ofrecer un espacio en el que puedan crecer libres de juicios, con materiales y acompañamiento adecuado.

En las últimas publicaciones de IG. hemos hablado de los materiales, y hoy queremos contaros cómo pasamos de talleres a propuestas y ahora a juego libre. 

1- Talleres escogidos por acompañantes: En los inicios, con la "mochila" de mente escolarizada hablábamos de talleres, contando con un horario en el que exponíamos dos talleres diarios (de libre participación). La idea y proceso eran dirigidas, dábamos los materiales y ya decían libremente cómo usarlos. Resultado= muchos días no les interesaba y otros tantos justo querían el taller que "no tocaba".

2- Talleres escogidos por peques: Pasamos a talleres pre-pactados, en los que nos decían qué talleres querían cada día. Seguían siendo de libre participación pero quienes proponíamos los materiales para cada taller éramos nosotras. Resultado= lo mismo había 5 talleres en día (y no daba tiempo) que ninguno. Pero "funcionaba" mejor.

3- Talleres sin material fijo: Avanzamos hacia la libertad dejando ya no solo que escogiesen qué taller querían sino que no se proponía ningún material. Resultado=  surgieron talleres de lo más pintorescos. Nos gustaba, pero faltaba algo... No era natural. Nos dimos cuenta de que muchas veces el taller no hubiese salido si no les hubiésemos invitado a pensar qué taller les apetecía cada día.

4- Propuestas basadas en observaciones: Comenzamos a ofrecer exclusivamente propuestas de aquellas necesidades que observábamos. Volvimos a retomar en parte la idea de taller, tomando de nuevo las riendas sobre la actividad. Aún así, la participación e implicación seguía siendo libre. Resultado = mayor participación y periodos más largos de juego.

5- Golpe de realidad: estamos volviendo a tomar las riendas, nos estamos alejando de la confianza, si confiamos en sus potencialidades y en la capacidad de autoregularse y realizarse, ¿por qué tenemos que adelantarnos? Por mucho que las propuestas naciesen de la observación, no dejaban de ser actividades cuyo inicio/fin y materiales estaban bastante delimitados por las acompañantes. Volvíamos al mismo problema= no es natural.

6- Punto actual, el juego libre continuo: al igual que ocurrió con la asamblea...Frenamos, nos quedamos a un lado y... ¡ a acompañar! Comienza el juego libre durante la jornada completa. Fin de lo anti-natural: No hay talleres ni propuestas. Los materiales están a su altura, tienen la misma relevancia y es cada peque quien decide cuándo, cómo, cuánto, dónde, por qué, y con quién.

Y así seguimos, observando y observándonos. Aprendiendo y mejorandonos cada día, encantadas de escuchar nuevas voces.

Los materiales siguen a su altura y son lxs peques quienes los rotan y quienes nos piden incorporar otros. Quienes tienen lenguaje oral, lo verbalizan, quienes no, observamos lo que ocurre en las ludotecas a las que vamos y escuchamos lo que nos cuentan sus familias. Procuramos por tanto que las necesidades y curiosidades individuales sean atendidas.

Y tú ¿diriges, te adelantas, o acompañas el momento?

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