lunes, 17 de septiembre de 2018

¿Cómo cuidar una isla?

Cada peque que nace, es un pequeño islote, una zona con tierra, y con vegetación visible o latente. Las personas adultas, somos el agua que lo rodea, tratando de nutrirlo y protegerlo al mismo tiempo.

Si subimos la marea en exceso, podemos terminar por ahogar la costa, esa tierra fértil en la que (si damos tiempo suficiente) brotará vida.
Si nos apartamos demasiado, el centro del islote no recibirá agua suficiente y pese a tener una gran extensión y ser muy florecido en las afueras, su centro estará abandonado.



Demos el agua suficiente, sin ahogar ni abandonar. Olvidemos nuestras "mochilas", esas preocupaciones que muchas veces nos empujan a inundar la tierra por miedo a no saber qué surgirá de ella. Dejemos libertad y mezamos al son de las mareas esa isla en la que poco a poco van creciendo esos brotes, permitiendo que cada tallo corrija su rumbo si se equivocó, permitamos que ese islote se desarrolle sin huecos, aportando nutrientes a cada brote, pese a que surjan brotes que no parezcan relevantes, riega todos, nunca sabrás lo alto que crece un árbol si lo cortas al nacer.   
Habrá brotes con flores, otros con frutos, o con espinas, serán gruesos, muy grandes o muy pequeños, a lo largo de la vida, crecerán brotes muy variopintos, pero todos ellos tan importantes como los demás. 



Cada islote, dependiendo de su ubicación, tendrá unas mareas, en ocasiones más altas y otras menos, pero nunca dejará de ser una isla. Si nos alejamos, otras aguas llegarán, y otros brotes surgirán, aunque no será más que un trampantojo, pues el centro de la isla, el corazón, estará entonces tan alejado de la marea que apenas recibirá los nutrientes que necesita. 



Alimentemos el centro de cada ser, con cariño, confianza, compañía, escucha, y mucha paciencia, pues un árbol robusto necesita de muchos años para crecer.


Vendrán corrientes de otros lugares, de las que en ocasiones recibirá nutrientes la isla, unas queriendo y otras ,cual tsunami, sin previo aviso. Pero ese mar que lo acompaña, siempre estará allí, cuidando lo mejor que pueda a su islote, viendo cómo crecen sus brotes, aportando los nutrientes que estén en su mano.  El islote no necesita a nadie que tire de sus tallos ni de las raíces de sus árboles, ni que remuevan la tierra, tan sólo necesita agua que le acompañe y le permita crecer, desarrollarse en libertad.

Y tú ¿ Ahogas, secas, o meces?

domingo, 9 de septiembre de 2018

¿Cómo es el asiento de tu coche?




Hace unos meses, A y B charlaban:
- Buenos días, busco un coche moderno, actual, para movernos cómodamente por la ciudad.
- Pues verá. disponemos de varios modelos, todos con modernos sistemas de ubicación GPS, aparcamiento automático, detector de lluvia... Tecnología punta.
- Estupendo. ¿Y el motor? Soy algo manitas y me gustaría poder hacerle los arreglos que considere.
- ¡Uy! No, no, el motor no se toca, está perfectamente aislado para que nadie tenga acceso. Si quiere realizar una reparación, acuda a los profesionales.
- ¡Vaya! Bueno...vale.
- Le recomiendo que compre el pack de maletas de viaje, para playa, alta montaña, desierto y profundidades del océano.
- Pero, yo no voy mucho de viaje. Tal vez a la montaña, pero no alta montaña. No necesito esas maletas.
- Cómprelas, que nunca se sabe... Hay que ir preparados.
- Bueno, si insiste...
- También tenemos alerones. Todavía no existen los coches voladores, pero, quien sabe...
- Pero...
- Hágame caso, todo el mundo lleva alerones, hay que ir preparados.
- De acuerdo. ¿Algo más?
- Lo cierto es que seguimos vendiendo los caballos para que puedan remolcar el vehículo, por si falla el sistema, que pueda usted continuar el camino sin problema.
- ¿Caballos de carga? ¡Pero si hace años que no se ven caballos por las calles!
- Ya, pero no me negará que son un buen recurso, quien sabe el día que los necesitará... Hay que ir preparados.
- Pff. Venga vale, pues caballos también.
- ¿Y tiene usted carnet de piloto?
- ¿Cómo que de piloto? Si esto es un coche
- Ya claro, pero ya sabe usted que la vida cambia, antes de que nos demos cuenta serán aeronaves.
- Pues nada, me sacaré la licencia de piloto, como bien dice, hay que ir preparados.
- ¡Ay! Antes de que me olvide, este coche sólo puede aparcarse en batería y junto a coches de 4 plazas, no se le ocurra aparcar al lado de uno de 2 plazas.
- ¿Y eso?
- Usted haga caso, que luego vienen las sorpresas.
- Vale, vale. Bueno, pues nos vemos en unos meses. Gracias.

A. salió del concesionario directo a hablar con C.

- Ya tengo mi licencia de piloto. Por fin, ya puedo comprarme el coche de mis sueños: tiene la última tecnología, un motor intocable, un pack de maletas, alerones para volar, caballos para ir a remolque... Una pasada.
- ¿Y tiene asientos?
- La verdad es que no lo sé, pero aparca solo, es una maravilla. Y hay que aparcarlo junto a coches de 4 plazas, nunca de 2.
- Pues yo veo coches alternados y no pasa nada.
- Ya bueno, pero es lo que me han dicho.
- Y los caballos, ¿para qué?
- Pues para llevar el coche a remolque.
- Existen las grúas ¿sabes?
- Ya, pero bueno, ya sabes que siempre han sido los caballos los que han remolcado...
- ¿Y el pack de maletas? Si tú dices que no eres de viajes.
- Jo, parece que no sabes que hay que ir preparado. ¿Quién sabe dónde estaré en un tiempo?
- Ya, ya veo... ¿y qué me dices de los alerones?
- Pues para el futuro, que hay que ir preparado, lo dicen todos.
- Bueno, pero lo que te decía ¿Tiene asiento? ¿y volante?
- ¡Ay! Que no lo sé, tiene lo mejor del momento
- ¿Lo mejor para qué? ¿para quién?
- ...
- En 10 años ¿Seguirás con ese coche?
- No sé. ¿qué más dará?
- ¿Para qué compraste entonces el alerón y te sacaste la licencia?
- No sé, hay que ir preparados...


Cambiemos la tecnología del coche por la de muchas aula hoy en día, tecnología impuesta y sin marcha atrás, dejando de lado otras vías, pues el motor ahora es intocable.
Cambiemos esos alerones y esas cuatro maletas por ese bloque de asignaturas obligatorias, que no sabemos si las necesitarán los peques, pero les inflamos a conceptos de "por si acaso".
Cambiemos los caballos de remolque por ese temario y esos procesos que se han quedado atrás pero seguimos empeñados en mostrarlos como siempre porque "siempre ha sido así" Repetición, memorización, la letra con sangre entra...
Cambiemos los coches de 4 plazas todos juntos por las aulas segregadas, no vaya a ser que aprenda cada uno a su ritmo y alguno se adelante a su grupo...
Eso sí, los asientos y el volante, si siguen siendo de mimbre, si siguen sin amoldarse a nuestra figura, no pasa nada, lo importante es que vaya bien equipado. Bien equipado ¿para qué?

Si queremos ir preparados, asegurémonos de que cada peque está a gusto en su asiento, lo conoce, y es capaz de modificarlo. Demos herramientas en vez de soluciones, no se trata de tener un montón de equipamiento en el coche, sino de saber qué añadirle, dónde ponerlo, cuándo ponerlo, y a quién acudir en caso de ayuda.
Basta de peques hiperpreparados para un futuro incierto, en el que lo único que sabemos que no cambiará será su asiento, desde el que recorrerán miles de lugares.
No puede ser que haya peques sigan teniendo que memorizar las tablas de multiplicar sin entender para qué sirven o de dónde surgen, qué representan. No puede ser que haya peques que aprendan tres idiomas pero no entiendan o atiendan sus necesidades. No puede ser que sigamos separando a peques por edades cuando en un futuro ningún adulto se relaciona en un entorno de personas homogéneas. No puede ser que se sigan empleando pedagogías de la era industrial, pero tampoco que tratemos de adelantarnos "a lo loco".

Hagamos que los peques se conozcan a sí mismos, su asiento y su entorno, que tengan capacidad para adaptarse por el camino, pues hay mucha carretera por delante y muchos caminos por descubrir. Dos palabras clave para el viaje: Confiar y respetar. Sólo así podremos disfrutar, unas veces de conductores y otras de copilotos.

jueves, 30 de agosto de 2018

La adaptación ¿respetuosa?

A una semana de "la vuelta al cole" y con mucho ajetreo para tener todo listo, no pedo evitar parar un segundo a escribir de algo que lleva semanas removiéndome: el periodo de adaptación. Si no escribo ya, exploto.

No hago más que leer centros que publican abiertamente cómo hacer la adaptación: "familias fuera del aula" ,  "las familias deben reprimir/esconder sentimientos de tristeza"  o incluso "llorará, ¡es normal!" "siempre es/ha sido así".




¿Normal? "Llorarán hasta que se acostumbren el espacio, las rutinas, los compañeros" Llorarán si no están atendidas sus necesidades, si no se respeta su sueño, si no se respeta su alimentación, si no se respeta su juego. En muchos casos, al final del primer mes, dejarán de llorar, pero lamentablemente no por acostumbrarse a los cambios sino por aprender que dicho llanto no es respondido, no es atendidos, no sirve. Y después llega el "no hace más que tirar del pelo, pegar, morder, romper... Todo por llamar la atención!" Ains...Estos peques rebeldes...

¿Nadie se ha parado a pensar porqué los peques lloran en las escuelas (y las mal o no tan mal llamadas "guarderías") pero no lloran en una reunión de adultos cuando van de visita? ¿Qué tal si les damos la oportunidad de acercarse de forma tranquila a este nuevo espacio, junto a su adulto de referencia? Igual que hacemos al visitar a unos amigos.  No, sé, lo mismo es una locura, pero ¿Porqué forzamos a los peques y sus familias (porque las familias también sufren) a una separación tan antinatural?

¿No sería mejor que el espacio sea un lugar sano, seguro, tranquilo, respetuoso, y familiar desde el primer momento?




En Octopus, la primera visita se desarrolla al igual que cuando vamos a ver la casa nueva de unos amigos, los peques vienen, desde el primer día, los adultos hablamos, saludamos al peque y les invitamos a explorar a su ritmo, junto a su figura de apego o por su cuenta. 

Por norma general, mientras los peques exploran el espacio y los materiales, ven cómo los adultos hablamos, nos relacionamos, charlamos largo y tendido, sin prisas, disfrutando del encuentro. Los peques miran, "huelen" el ambiente cálido y familiar, se relajan y se lanzan a explorar porque saben que su familia está a gusto. 

Cuando terminamos de hablar, les preguntamos a los peques qué tal, les decimos lo que hemos observado ("parece que te gustan las cocinitas", "has hecho una carretera", "has saltado en la colchoneta", etc.) Normalmente, remolonean para salir, hay tanto por descubrir... 

Nos despedimos invitándoles a venir a jugar otro día (a jugar, no a aprender. Yo no iría a un sitio en el que me obliguen a aprender! Aprenderé si quiero! Una pequeña diferencia...El aprendizaje es una parte intrínseca del juego) 

Se marchan, y vuelven el día de "vuelta al cole", con su figura de apego, con una mezcla de alegría y timidez. Pasan, sin prisa, preguntamos qué tal el día, unos contestan y otro necesitan un poco de tiempo, pero desde el primer re-contacto nos mostramos con ganas de volver pasar un tiempo junto a ellos. Recordamos el día que nos vimos, qué hizo, qué pareció interesarle, etc. ¡Ojo! Es un acercamiento sincero, no una distracción tipo "mira, no estés triste aquí lo pasarás muy bien, hay muchos amigos y juguetes" No. no y no. 

Buscamos que vuelva a conectar con ese día, con esa emoción con la que se marchó, con un juego que le enganchó, junto a su familia y la acompañante. Los adultos estamos ahí, al 100% para atender al peque, los adultos ya no hablamos "cosas de mayores", estamos por y para el peque. Le acompañamos, le observamos sin juicio, y poco a poco, el peque entra en el espacio, se lanza de nuevo. Ya nos conocemos, conoce el espacio, y encima tiene toda la atención. ¡Estupendo! ¿no?

Con el paso del tiempo, de forma natural, sin prisa, más rápido de lo que muchos imaginan o ven en otros espacios, su figura de apego va pasando a un segundo plano. Pues si el peque pide algo a su figura de apego de referencia, ésta invita al peque a preguntarlo al acompañante, acercándonos así poco a poco, hasta que el peque ve que el acompañante también está ahí para ayudar, comienza entonces a atajar y pedir cosas al acompañante. El peque confía en su figura de apego, y si sabe que la figura de apego confía en el acompañante, él también lo hará. 

De la misma forma ocurre la exploración del espacio, primero, como es natura, suelen pedir estar pegaditos a su figura de apego, y poco a poco se separan,primero con contacto visual y después sin él. ¿Acaso dejamos a los peques con la familia o amigos despidiéndonos de forma rápida "para que no se alargue y no sufra"? ¿Porqué lo normalizarlo entonces en un entorno escolar que debe ser la prolongación del hogar?

La separación ocurre desde el respeto, desde la confianza del triángulo familia-peque-acompañante. No "arrancamos" a los peques de los brazos, son éstos quienes se van soltando al sentirse seguros. Si todos estamos tranquilos y seguros, si vivimos el proceso de forma natural, reproduciendo una escena de separación basada en confianza mutua (estar en casa de amigos, ir a un cumple, etc) la adaptación no es un proceso doloroso, de resignación ni de abandono! Es un proceso de encuentro, de descubrimiento, de expansión del hogar, de disfrute.

En Opctopus, siempre lo recalcamos: no hay periodo de adaptación, es un proceso de acercamiento, de encuentro, de convivencia. Es más, quien debe adaptarse debería ser el centro, no el peque. Debemos conocer a cada peque y respetar sus rutinas, si no, haremos que no sean más que una caja de la fábrica que nos ilustraba Tonucci:




En nuestro espacio, las familias permanecen horas, días, semanas, o meses, lo que cada binomio (peque-familia) necesite/pueda (Por desgracia, algunas veces la conciliación laboral hace que el proceso no pueda ser tan respetuoso...).Pero, en definitiva, el centro infantil debe ser un espacio para compartir y en el que disfrutar del espacio preparado junto a tu peque, DESDE EL PRIMER DÍA.

Y como colofón, un pequeño recopilatorio de excusas tipo para no hacer un proceso de adaptación respetuoso: 

"Son 20-25 peques, son muchos adultos, no cabemos" Donde caben dos, caben tres. Mejor apretados y acompañados que en un espacio "gigante" solos con una persona a la que seguramente no hayan visto nunca.

"Me observan, no estoy a gusto" ¿cuál es el problema? ¿Acaso no debe sentirse seguro el adulto también? Nos están dejando su tesoro más preciado, normal que quieran mirar con lupa.

"Si la familia de Pepito, María y Teo,  no puede venir, estarán tristes" Pues Pepito, María y Teo podrán ser atendidos por el educador/a mientras los demás tienen a su familia para ir despegándose. Haciendo adaptaciones lo más individualizadas posibles.

"No se van a ir ni con agua caliente" Se van, si acompañamos y respetamos los ritmos, peques y adultos terminan por sentirse seguros, confiando en esa tercera persona y segundo hogar.

"Que no pasen, llevan zapatos y traen suciedad" Pues...a descalzarse. Bueno, bonito y barato. Además, ya sabréis los grandes beneficios de caminar descalzos.

"Si es más tarde de la hora de entrada, que no entren, que se distraen" ¿Distraer? ¿de qué? Si un peque está realmente concentrado en algo, ya puede pasar un circo que no se distraerá, puede que levante la mirada y vuelva a su juego, pero no se distraerá. Otra cosa es que pierdan la concentración forzada, pues ¿quién no se ha entretenido con una mosca con tal de no atender a algo aburrido?

Luchemos y defendamos los derechos de los peques, que no hablen no significa que no tengan derecho a voz y voto, respetemos, respetemos sus ritmos, sus necesidades, sus emociones, su individualidad. Acompañemos también a las familias, vamos a cuidar de su tesoro, mostrémonos abiertxs, cercanxs, y dispuestxs a escuchar, sin juicios, "sólo" escucharles hará que se sientan seguros y que sus peques "huelan" el ambiente de tranquilidad, en el que todo fluye de forma natural.

Familias... Nos vemos en vuesto segundo hogar. :-)


Si te ha gustado este post, no te pierdas: Reflexiones: ¿Una escuela?







sábado, 11 de agosto de 2018

Ahora somos... OCTOPUS


La Casa Mapletrees, proyecto que inició sus andaduras hace tres años, uno gestándose y dos con peques, este año da un paso más y se constituye como Asociación, haciendo oficial el modelo de gestión que siempre hemos tenido: espacio abierto a las familias y la actividad sin ánimo de lucro.

Así que, ¡que no cunda el pánico! Seguiremos trabajando igual, no cambia nuestra forma de estar con los peques y sus familias, seguimos centrándonos en la mirada respetuosa y la escucha activa, con ratios muy reducidas para asegurar atención personalizada y de calidad (4 peques por adulto), y continuando la formación continua de las acompañantes.

Hoy, os adelantamos la primera gran novedad de este cambio: 

¿Por qué cambiamos el nombre?

Sois muchas las personas a lo largo de estos años las que nos habéis dicho que Mapletrees no es sencillo de recordar ni fácil de escribir. Y lo sabíamos, por mucho que intentásemos negárnoslo y que viésemos que hasta los peques de dos años son capaces de decirlo, MAPLETREES no es precisamente una palabra sencillla. Pero no veíamos el momento de cambiar, y desprendernos de un "trocito" del proyecto que puede parecer insignificante, pues "sólo es un dibujo y un nombre" pero le tenemos y recordaremos siempre con mucho cariño, pues la casita-árbol siempre será la que dio los primeros pasos...
Así que tras varios meses pensando, buscando algo significativo, sonoro, sencillo, corto, fácil de escribir… Ha nacido OCTOPUS

¿Por qué octopus?
Nos gusta el mar, nos gusta sentir que los peques están como pez en el agua, en un ambiente preparado y adaptado a sus necesidades. Los pulpos, tienen ocho patas, y nuestro proyecto, ocho pilares:



Así que, ya sabéis, si escucháis hablar de Octopus, somos el (ahora antiguo) equipo de La Casa Mapletrees. Haremos los cambios de forma paulatina: web, mail, blog… Para que poco a poco La Casa Mapletrees, la casita, dé paso a…  ¡Octopus!Esperemos estos cambios sean de vuestro agrado, y no tengáis que volver a estrujaros los sesos para escribir Mapletrees jajaja.

GRACIAS a todx . ¡Seguimos!

viernes, 30 de marzo de 2018

NO SON INNOVADORES

INNOVACIÓN EDUCATIVA. En los últimos años, cada vez va siendo más y más habitual que estas dos palabras sean mencionadas al presentar un centro, y... ¡no puedo resistirme a escribir!

Es habitual escuchar hablar de educación tanto a educadorxs, directorxs, pedagogxs, maestrxs, etc, como a familias, amigos, políticos... Está claro que todxs "podemos" hablar de educación, de hecho, todos debemos o deberíamos, pues somos seres sociales, aprendemos en sociedad y todos formamos parte de ella, si nos importa la sociedad, debemos opinar de educación, pues es la base de esta. 

Pero hoy no quiero escribir de educación, sino de innovación, innovación educativa. Sería estupendo que todas esas escuelas y todos esos centros que hablan de un cambio en su modelo de enseñanza realmente fuesen innovadores. Por ello, hoy quiero dedicar unos minutos a la reflexión sobre dicha "innovación".

Antes de nada, analicemos lo que muchos centros consideran y venden como "innovar":

- uso de TICs:  tablets, pizarras digitales, aula virtual, etc
- trabajo por proyectos entrelazando materias
- aulas/ momentos internivel (alumnxs de distintas edades en el mismo espacio)
- trabajar las emociones
- tener un equipo de alumnado que resuelva conflictos
- un mayor número de experiencias fuera del aula


Sería genial, un centro muy diferente a aquellos que ahora etiquetamos (ojo, y no sin merecerlo) como tradicionales, pero...

Hagamos un inciso técnico: ¿Qué es innovar? Según la RAE: "Mudar o alterar algo, introduciendo novedades"

A mi modo de ver, para el plano educativo, se queda corta esta definición, pues introducir los cambios anteriormente mencionados podrían ser perfectamente innovadores; así que, profundicemos en la definición de innovar, si consiste en introducir novedades, ¿qué es hacer algo nuevo? Según la RAE: "Introducir un cambio en la práctica común"

Ahí está, la práctica común. Esto se asimila más a mi idea, pues para mi, el cambio y la innovación no es sólo lo que se cambia/introduce sino el cómo.

Por tanto, los centros que nos "venden" su innovación pero:

Introducen tablets y pizarras digitales para que estas sean la única fuente de información y además sigan teniendo que ser memorizadas. NO SON INNOVADORES.

Hacen proyectos pero estos se basan en los intereses de lxs adultxs y abarcan el contenido escogido por ellxs, teniendo la duración que ellxs decidan. NO SON INNOVADORES.

Mezclan por edades para que lxs peques siempre reciban información de lxs mayores, pero nunca al contrario. NO SON INNOVADORES.

Muestran las emociones en pictogramas y las nombran cada día pero no son capaces de poner en práctica herramientas que les ayuden a resolver situaciones conflictivas inter/intrapersonales de su día a día. NO SON INNOVADORES.

Invitan a resolver conflictos de forma justa entre iguales pero lxs docentes siguen siendo la máxima autoridad y la ejercen bajo la premisa de "debes obedecer" (= no respeto tus necesidades ni emociones, acata lo que ordeno). NO SON INNOVADORES.

Realizan salidas del centro con el propósito de buscar un día diferente pero esta no va ligada a los contenidos o intereses que se están trabajando en el aula. NO SON INNOVADORES.

NO, NO Y NO, estos centros, simplemente maquillan sus raíces, disfrazan la educación y la práctica común para desmarcarse de la ahora temida etiqueta de "enseñanza tradicional"

Entonces... ¿Qué debería ser innovar en una escuela teniendo en cuenta que se debe "cambiar la práctica común"?
Para mi, una escuela innovadora, hoy, en España (ya que en otros lugares hace tiempo que no sería innovador) sería aquella en la que:

Lxs menores decidan lo que aprenden, cómo, cuándo, dónde, con quién, y cuánto.

Adultxs y libros de texto/tablet dejan de ser la única y verdadera fuente de aprendizaje. Pasando a un primer plano la comunidad: familia, amigos, vecinos, mercados, museos, y (por supuesto) la naturaleza.

No hay asignaturas ni segregación por edades, pues la escuela debe recrear la vida real, en la que convivimos personas de distintas edades con distintos intereses y distintas capacidades, aprendiendo y apoyándonos unos en otros.

Todxs, tanto peques como adultxs, son tratados justamente, valorando las necesidades y las emociones de cada integrante, es decir, son respetadxs.

Seguramente a muchx os parezca utópico, pero existen, existen centros REALMENTE innovadores, donde lxs peques son tratados como personas de derecho, pues el vetarles de las condiciones mencionadas (me) hace pensar que no se les considera así. Son centros en los que se les respeta, algo tan "sencillo" pero que a muchxs centros se les "pasa"...

Así que, queridxs lectorxs, la próxima vez que escuchéis "innovación educativa" por favor, deteneos un segundo para pensar si realmente es innovar o lo que hacen es "maquillar" el sistema para que resulte más atractivo (¿para lxs peques o para las familias?) pero se siguen aplicando las mismas bases: memorización, deshumanización, segregación por asignaturas, imposición del adulto, etc. 

En España, por suerte, cada vez hay más centros REALMENTE innovadores. Debemos trabajar para que no queden camuflados entre aquellos que simplemente se apuntan a la "¿moda?" de la educación pero esconden los mismos sistemas y valores de siempre. Si conoces un centro así, muchas familias y centros innovadores te agradeceremos que les recuerdes que NO SON INNOVADORES.
Gracias! :-)

No dudes en compartir y difundir, y si quieres dejar un comentario, me encantará leerte, compartas o no mi opinión :-)

ah! y tal vez te interese leer:

martes, 15 de agosto de 2017

Vacaciones



Querido trabajador, hoy comienzan tus vacaciones, tus más que merecidas vacaciones. Después de todo un año de trabajo diario, es momento de descansar y desconectar, de disfrutar de la familia y de los amigos.Recarga tus pilas para que a tu vuelta vengas con ganas, despejado y con ilusión, dando lo mejor de ti. Sabemos que tu rendimiento será el mejor a tu regreso, así que, disfruta.

Sólo te pido un par de cosas, a fin de que no olvides tus avances de este año y que tu vuelta no sea costosa: no olvides revisar el correo de empresa, atender un par de llamadas al día, escribir a los comerciales con frecuencia, releer los manuales de usuario de los nuevos dispositivos, continuar con tu rutina de sueño (evitando acostumbrarse a dormir lo que pida el cuerpo), y relacionarte con los compañeros de oficina. ¡Ah! y no olvides la importancia de la obligatoriedad de obedecer sin réplicas a cualquier orden o petición marcada por tus superiores, que estés de vacaciones no quita que sean posibles las negociaciones.

Son sólo un par de cosas, así que trata de sacar un rato cada día para no acumular las tareas en los últimos días de vacaciones. ¡Disfruta y descansa, que te lo has ganado!
Atentamente,
La dirección.



¿Aceptarías unas vacaciones bajo estas condiciones? ¿¡No!? Entonces, ¿¡porqué se aceptan o fuerzan acciones similares a esta cuando son dirigidas a niños!?

Creo, desde mi sencilla y humilde opinión, que igual que nos gusta desconectar a los adultos, que tenemos derecho a disfrutar plenamente de los días de vacaciones, deben disfrutar de sus días los peques.

Miles de jóvenes y peques, por imposición de la escuela o las familias, o ambos, deben realizar en vacaciones: cuadernos de cada asignatura, refuerzo de aquellas más costosas (a un cojo no le pondríamos a correr más para que mejore, ya que le dañaría más la lesión y le hundiría psicológicamente ¿no?) , lecturas, escritos,etc. Y por si esto no fuese suficiente, como norma general, no se les permite salir de rutinas, levantarse cuando se sienten descansados, y son inscritos a actividades pautadas por un "superior", a fin de que "no pierdan rutina".

Sin duda, los límites deben continuar, las vacaciones no deben ser la ciudad sin Ley, pero deben marcar un cambio significativo, donde reine la alegría, el descanso, los juegos en familia o los momentos a solas, con tiempo para divertirse pero también para aburrirse (porque aburrirse no es malo), la autorregulación donde nada dependa de nada ni nadie, donde realmente la vuelta a la rutina se coja con energía,  independientemente de lo que cueste volver a ella ¿o acaso no nos cuesta a los adultos dejar las vacaciones?

Aquí os dejo una pequeña recopilación de ideas para "deberes":



Si tú no admitirías esas condiciones durante tus vacaciones, no las fuerces a tu peque ni permitas que otros se las impongan.

Simplemente, os invito a reflexionar, a dar una vuelta de tuerca a las vacaciones infantiles y las vacaciones en familia...

martes, 18 de julio de 2017

Reflexiones: ¿Una escuela?

Muros altos que no permiten ver el exterior, patios de cemento, entradas y salidas marcadas por timbres estridentes, personas caminando en fila, relación jerarquizada, horas y cantidad de alimentación marcadas por agentes externos, visitas reguladas, personas segregadas por niveles, sistema de castigos y penalizaciones por conductas inadecuadas, tiempo de permanencia en el centro marcado por superiores, miradas que observan y analizan cada movimiento con detenimiento,...

¿Estabas pensando en una escuela?  si es así, algo debe cambiar y demos trabajar desde ya para cambiarlo. Para mi, estas características deberían ser exclusivas de unas prisión, o ni eso, ya que dicha metodología no encaja mucho con mi forma de entender las reinserción, pero eso ya es un tema aparte.

Para mi, la escuela debe ser abierta, cercana a la naturaleza y la sociedad, debe ofrecer la posibilidad de que los que están dentro puedan ver plantas, animales, personas, vehículos, el día a día del mundo en el que vivimos; la escuela no es un lugar aislado, y las cosas que nos rodean también tienen mucho que enseñar, los libros y maestros no somos las únicas fuentes de aprendizaje.
En los centros educativos, independientemente de la etapa, las entradas y salidas deberían ser flexibles, marcadas por los intereses de cada alumno, sin un horario pautado para cada tarea, porque no se puede forzar a aprender ni negar el derecho a saber, interrumpiéndolo o frenándolo simplemente porque "eso lo verás mañana" o peor aún "el curso que viene".
En cualquier lugar, incluidas las escuelas, la relación debería ser horizontal, con relaciones entre iguales y sin que la edad implique rango, permitiendo que todos puedan decidir y opinar de todo lo que les incumbe, como es el caso de la educación. ¿Quién es el maestro para decidir si el niño debe aprender sobre la  prehistoria y no sobre los cultivos si es eso lo que le interesa al menor?
Por otro lado, aunque parece evidente, básico o necesario, en apenas ningún espacio se contempla la posibilidad de permitir que los trabajadores de empresas o los estudiantes se alimenten o descansen cuando y cuanto deseen,sin embargo, todos sabemos que el bienestar es clave para un buen rendimiento.
Un cole es lugar al que poder acudir con amigos, vecinos y familiares, compartir experiencias, aprender de unos y enseñar a otros, sin segregar los niveles acorde a la edad, todos aprendemos de todo y todos, segregar y categorizar no tiene sentido si vivimos en sociedad, con un conjunto heterogéneo de personas con distintas edades, capacidades e intereses. La escuela debería ser una reproducción de la sociedad, no un espacio aislado de ésta...
En esta sociedad, y más en un centro infantil, no tendría que haber cabida para los castigos, los chantajes, ni las amenazas, pero tampoco para los premios: los "muy bien", el "fenomenal", ni el "qué bonito", porque tan subjetivos son unos como otros; tan solo son válidas las consecuencias, aquellas acciones realmente relacionadas con la acción.
Los estudiantes, que somos todos, porque nunca dejamos de aprender,  necesitamos lugares en los que poder explorar el espacio y realacionarnos con otros sin la mirada atenta del adulto, pudiendo esconderse, porque, como dice María del Mar Romera "las mejores cosas, pasan a escondidas".

Estas son sólo algunas de las características que, para mí, debería tener una escuela, un cole, un instituto, una oficina o una casa, porque aprendemos en muchos lugares, y si somos seres sociales debemos trabajar en sociedad, buscando compartir y cuidar lo que más ama cualquier ser humano: aprender, descubrir, saciar la curiosidad, tengamos días, meses, años, o décadas.

En La Casa Mapletrees, trabajamos para que este tipo de escuela no sea una utopía y que pueda estar al alcance de todxs. ¡Bienvenidxs a la nueva era educativa!