martes, 5 de marzo de 2019

¿Cómo entendemos el respeto?



Cada vez vemos más espacios, familias, y docentes, que se auto-definen como respetuosos. Y, al igual que hicimos hace un año con el post "NO SON INNOVADORES", hoy queremos exponer qué supone bajo nuestro punto de vista, ser respetuoso.



Es complicado encontrar una definición que abarque todos los aspectos que consideramos relevantes para definir qué es respetar, pero Laura Rojas-Marcos, doctora en psicología, se acerca bastante a nuestra forma de concebir qué es, y dice: "Respetar es reconocer y aceptar a otros, independientemente de si están de acuerdo o no con nosotros".

En nuestro espacio, consideramos que respetar implica actuar teniendo en cuenta las necesidades e intereses de quienes participan en la acción, velando por la seguridad física y psíquica. El respeto es verbal y corporal.

Cuando no aceptamos y reconocemos las necesidades e intereses de otras personas, pese a no compartirlos, no estamos respetando. 

Tal vez sea "sencillo" (re)conocer los intereses, pero ¿y las necesidades? ¿Qué necesidades tiene una persona? En la Asociación de CNV tienen un recopilatorio de necesidades, agrupadas en 8 grandes grupos: conexión, cercanía, sentido, autonomía, bienestar físico, celebración, paz, e integridad.


Es habitual ver que se realizan acciones (especialmente dirigidas a la infancia) que no solo no parten de un interés sino que tampoco lo hacen desde una necesidad. Entonces ¿están respetando? Para nosotras, la respuesta es clara, NO.

Cualquier persona debe ser respetada, y la infancia además cuenta con la Declaración de los Derechos del niño, sobre la que reflexionamos sobre su cumplimiento aquí. : atención al interés superior, libertad de expresión, juego, etc.

Pero volvamos a la idea principal. ¿Qué es respetar?

Pongamos un ejemplo: Quiere desayunar judías o comer a deshora. Se le niegan, alegando que "eso no es para desayunar" o "no son horas/ espera un rato que luego no comes". Alimentarse es una necesidad, no desayunar judías es un freno cultural, y al igual que tener unas horas pautadas, no implica ningún riesgo físico ni psíquico, por lo que negar el alimento no es respetuoso.

Por otro lado, hay situaciones en las que tener en cuenta sus necesidades e intereses iría contra nuestro respeto propio, y es en estos casos cuando debemos buscar acuerdos en los que ambas partes se sientan respetadas. Por ejemplo, cuando no queremos o no nos apetece comprar un juguete, escuchar una canción, leer un cuento, etc. 

También hay situaciones en las que no hay alternativa posible, es decir, puede que a la persona en cuestión no le interese o no sienta la necesidad pese a serlo; en estos casos, cuando realmente la acción se encuentra ligada a la integridad, a la seguridad física o psíquica, podemos actuar en contra de lo que esa persona nos comunique, pues sería en defensa de sus necesidades y su seguridad.

Me explico: Ir al dentista si tiene una caries. Puede que no quiera, que no sienta que es necesario, pero nuestra obligación es velar por las necesidades (bienestar físico). Por tanto, aunque no quieran, les llevaremos, pues su salud está en riesgo.


Es importante, en estos casos, al igual que en el anterior, reconocer el interés y/o necesidad de la persona, es decir, no es "no vas a hacer X y punto". En la crianza respetuosa, es importante saber que los "porque sí" "porque lo digo yo, "y punto", etc. no son válidos, sino que debemos expresar el porqué de nuestras decisiones, cuáles son las necesidades/intereses, comunicando desde las herramientas que nos brinda la comunicación no violenta, lejos de los juicios.

El respeto es uno de los pilares más importantes, por no decir el más importante, de cualquier sociedad, de las relaciones entre las personas. Cuando dejamos de lado los intereses y necesidades de otros, podemos hablar de faltar al respeto. Del mismo modo que debemos respetar a los demás, no debemos olvidarnos de respetarnos a nosotros mismos, algo que cada vez va siendo más habitual. 

No nos respetamos cuando hacemos algo que no nos apetece, cuando actuamos bajo la sumisión, la resignación o el temor. El respeto hacia uno mismo y hacia otro nace desde la libertad de expresión. Debemos ser modelos, referentes en los que puedan fijarse los peques, pues flaco favor hacemos cuando no les negamos nada (ya hablábamos el otro día de la necesidad de "explorar" la frustración) simplemente para atender las necesidades ajenas.

Es el caso de esas personas que se ven presionadas y/o chantajeadas por sus iguales o sus parientes; un chantaje se realiza teniendo en cuenta y manipulando los sentimientos de otra persona, por lo que implica una falta de respeto. 



Por eso, la palabra RESPETO, está muy presente en nuestro día a día. Pedimos que se respeten, que respeten a los demás (compis, acompañantes y familias), y que respeten el entorno; y somos modelos, velando por el respeto y pidiendo que nos respeten. Así, cuando nos piden algo que realmente no nos apetece, lo comunicamos, les hacemos ver que no pasa nada por decir NO, que cuando algo no nos gusta debemos decir NO, que debemos defender nuestras necesidades e intereses y velar por las de los demás. 


Integrar este modelo se trabaja desde la infancia, desde que ese bebé recién nacido llora y se le atiende, para más tarde girar la cabeza e indicar que no quiere más y no insistir, y después nos cuenta que prefiere comer judías para desayunar, y cuando crecen más que no les apetece salir al parque, etc. Porque así se cría un peque respetado, un peque que sabe decir NO, que conoce sus necesidades e intereses porque no se las impone antes un adulto.

Así que, recuerda, cada vez que algo o alguien se defina como respetuoso, piensa ¿realiza las acciones teniendo en cuenta las necesidades e intereses de quienes participan o impone la/s suya/s? 

Por desgracia, la mayoría de veces, son los adultos los que llevan la voz cantante y marcan qué necesita o le debe interesar a un peque de determinada edad... Es el caso de esos "trabajos por proyectos" tan atractivos (pero que no nacen de la necesidad ni interés de los peques), los peques hiper-estimulados, las fiestas infantiles para bebés, la ropa tan mona como incómoda, las actividades extraescolares,... ¿Surgen del la necesidad e interés del adulto, o del peque? En muchas ocasiones, surge del interés del adulto, ni siquiera es una necesidad, es decir, es un "capricho".


Es un capricho imponer que vistan de determinada manera, que acudan a determinados lugares, que aprendan determinadas cosas, que coman determinados alimentos, que jueguen con determinados juguetes, que se junten con determinadas personas, que se levanten a determinadas horas...y así podríamos seguir un buen rato. Toda acción impuesta que no parta de la necesidad (en este contesto, del adulto), será un capricho, y por tanto no será respetuoso. 

Por otro lado, en ocasiones sí son necesidades, y en ese caso tampoco es respetuoso, pero no por ello debemos excusarnos sino pedir perdón y reconocer que no siempre será posible respetar a otro, siempre y cuando (como escribíamos al inicio) no implique cuestiones de seguridad física o psíquica, en cuyo caso siempre debemos respetar y hacernos respetar. 


Como siempre decimos: confiad y respetad, acompañad sin juzgar; tan sencillo, tan complejo.  


Para terminar, os dejamos un enlace a un vídeo en el que Laura Rojas-Marcos, doctora en psicología, expone su punto de vista sobre el respeto. 



martes, 26 de febrero de 2019

Esto no es "para infantil".

Hoy queremos hablaros sobre la CURIOSIDAD.
Confiar y respetar los ritmos, necesidades e intereses debe ser el motor de cualquier actividad; no solo en infantil, también en primaria, secundaria, universidad... 


Es habitual ver a familias y escuelas que permiten el juego libre en el primer ciclo de infantil (aunque a veces ni eso 😪), o incluso hasta primaria🎉, y después, como por arte de magia, creen que esas ganas de jugar y de investigar se desvanecen.🤯🤦


Pues no, os aseguro que no. La curiosidad es innata, y la curiosidad "se entrena". Cuanto más nos cuestionemos, más querremos conocer. Estamos programados para aprender y adaptarnos, pues de otro modo nuestra especie se hubiese extinguido. Por mucho que quisiésemos no aprender, aprenderíamos, pues vivimos. Tal vez a quienes os han arrebatado la curiosidad y marcado el camino sin permitiros disfrutar de esa curiosidad, os suponga un gran esfuerzo "reactivarla". Pero está ahí.


🧐 Hay miles de cosas por saber, que seguro os intrigan pero nunca os habíais planteado porque alguien vino a deciros que eso no era lo importante (no está en el currículum...)
Os proponemos UN RETO. Buscad hoy algo que os dé curiosidad saber, mañana dos cosas, pasado tres, y así hasta llegar a una semana.

👉 Tras una semana volveréis a la infancia, a esa típica "etapa del ¿Por qué?" que suele aparecer a los 3 años y que hacia los 4 años se transforma hacia el "¿Para qué?" Después de los 3 y 4 años, ¿qué pasa? ¿Desaparecen las preguntas? No, simplemente, nos acostumbramos a saber qué cuestionarnos y qué es "importante" saber, pues ¡lo dice el currículum!.😖


Sin duda, la escuela que defendemos no es esa, la escuela que defendemos es aquella que mantiene la curiosidad innata, diferente en cada persona, por lo que defendemos que la escuela debe ser un lugar que ofrezca los recursos materiales, espaciales y humanos para facilitar el proceso, sin guiarlo ni juzgarlo, tan "solo" acompañando. Y ojito con confundir curiosidad con interés...pero de eso ya hablamos otro día...

lunes, 21 de enero de 2019

Que no os engañen en las puertas abiertas


A lo largo de estos años, no habíamos establecido nunca unas jornadas de puertas abiertas, pues siempre lo están tanto para las familias que vienen a conocernos como para las que ya forman parte del proyecto.

Los primeros meses de andadura hacíamos las visitas durante la jornada, pero pronto vimos que no era posible dar una atención de calidad ni a familias ni a peques, pues se nos despistaban cosas que decir y no estábamos al 100% con quienes vienen a disfrutar del espacio. Así que pronto nos decidimos el modelo actual: recibir a las familias sin haber peques presentes (más que el/los suyos) conocerles, darnos a conocer, resolver todas sus dudas, y luego ofrecerles un par de jornadas de observación.

Sí, has leído bien, jornadas de observación. Antes de inscribir a sus peques, las familias vienen tres mañanas y/tardes a ver el día a día del centro. Sí, he dicho tres, porque sabemos que no hay dos días iguales, que si ayer el día fue sobre ruedas seguramente el siguiente también lo sea, pero tal vez no, y queremos que lo vean. No son jornadas pautadas, ni tres días seguidos, pueden ser en cualquier momento del año, y el tiempo que decidan. Queremos que la gran decisión de dejar a su peque en manos de otra persona sea una decisión segura, que nos conozcan y sepan de primera mano qué se van a encontrar, que hablen con otras familias, y que nos pregunten cualquier mínima duda. Por mucho que contemos en la primera visita, sabemos que ofrecer esos días de prueba hará que su decisión sea mucho más consciente y personal, no basada en lo que les contamos sino en lo que podrán vivir y experimentar en esos días. 

Ofrecer estos días nos parece de suma importancia sea el peque de la edad que sea, pero más aun  cuando quien se va a incorporar es un peque sin lenguaje, pues bien sabemos que los mayores pueden expresar cómo se han sentido o qué han hecho, pero ¿y los bebés? Aquí, las puertas están siempre abiertas, a familias que buscan incorporarse y a las que ya pertenecen al proyecto, pues no hay nada que esconder. Y no, las visitas ni molestan ni distraen. Además, distraer ¿de qué? Aquí, si tienen hambre o sueño, una visita no hará que cambie, y puesto que son los peques quienes deciden a qué, cómo y con qué jugar a cada momento, en todo caso la visita les enriquece, pues siempre les gusta mostrarles el espacio, su actividad preferida, etc.

Por eso, siempre avisamos, cuidado con las puertas abiertas, con los centros que:
- te enseñan los pasillos (si lo hacen) de forma fugaz, para que veas lo justo y necesario. - Consejo: fíjate en la cantidad y altura de los materiales. Si son pocos y encima están en alto...
- tienen los pasillos decorados con miles de murales y fichas preciosas e idénticas para que veas lo mucho que aprenden y trabajan. Viva el juego libre, la creatividad, y la curiosidad innata...
- realizan las entradas en la puerta y/o "arrancan" de los brazos. ¿Recuerdas el post "Adaptación ¿respetuosa?" ? pues eso...
- entregan a los peques en el patio/puerta cual paquetes.
... muestran el tipo de relación y transparencia familia-centro.





Si buscas un centro con PUERTAS ABIERTAS de verdad, ven a conocernos.

jueves, 20 de diciembre de 2018

Festivales ¿para quién?


Llega el fin de año y el fin de curso y ¡a bailar! Peques de infantil y primaria al escenario, venga, a demostrar ante toda vuestra familia (o tal vez no porque no tienen la suerte de tener un horario flexible), miles de personas y compañeros de otras clases lo bonito y lo bien que bailáis y cantáis. No falléis, que con las horas que hemos dedicado...  ¡¿De verdad?! ¿Es necesario?

Año tras año, muchos coles siguen esta tradición (¿quién narices pensó que sería una buena idea?) y las familias acuden en hordas a ver a su peque, ¡qué bonito, oye! Os voy a contar un poco qué puede haber ocurrido entre bambalinas antes de poder "disfrutar" de ese baile que tanto entusiasma a las familias. Repito, digo qué PUEDE haber pasado, no necesariamente en todos los centros ocurre todo lo que se cita a continuación (aunque en algunos puede ocurrir todo y más), pero si no lo decía reventaba...

Primero hay que escoger la canción.
¿Los protagonistas?
Qué va, las canciones siempre las escogen los profes, que para eso les conocemos y sabemos bien con qué canción se van a lucir o vamos a hacer reír más a las familias.  Bueno, y si somos cole bilingüe o trilingüe, ¡a demostrarlo! Y si en música han aprendido a tocar la flauta que es muy original, también.
Pero... Si no entienden la mitad de la letra
Venga al lío, ya no hay exámenes, bueno tal vez hay recuperaciones, pero ahora toca fiesta, que se distraigan un poco y a ensayar. Vamos, que les va a encantar, porque aprender es aburrido así que cualquier cosa que salga de sentarse 8h será divertido y aplaudido, y si no pues amenazas o ridiculizas y listo. ¿Qué pasa, quieres ser la única persona que no se sabe el baile? Vas a ser la única persona que no van a ver, ¿seguro que no quieres terminar de colorear tu corona? va a ser la única diferente, si no te lo aprendes vas a tener que ir al fondo...
Y ¿si no quieren? 
Da lo mismo si les apetece o no, es horario escolar, y el centro es la autoridad. Lo de escuela participativa lo dejamos para las jornadas de presentación y panfletos. No nos distraigamos con eso, organicemos la actuación, van a hacer lo que digamos, como siempre, somos los referentes y la autoridad.
Ya que no escogen canción ni si quieren participar o no. Escogerán cómo bailar, ¿no?
Lo camuflamos de fiesta, pero seamos claros, se trata de lucirse ante las familias, que todas sepan lo bien amaestrados que están en el cole. Todos en filita, en círculo, o en parejas, que se les vea bien. Bueno, a quienes no les salga muy bien mejor al fondo, no vaya a ser que desentone. Y si tenemos a uno o dos que lo hacen fenomenal, pues al centro, o un papel protagonista, que hay que lucirse. Pero que cuando son chiquitines ni se enteran de si están en el centro o no, simplemente es una fiesta y la disfrutan de inicio a fin.
No sería la primera vez que alguno echa a llorar antes de actuar.
Y como sea uno de los protas... para tirarse de los pelos. A veces lloran porque se han quedado en blanco pese haber ensayado miles de veces o porque se les ha olvidado traer el disfraz, o de los nervios, o por querer ir con su familia o por no verla entre el público.
Lo del disfraz es una odisea.
Para evitar que compitan entre ellos porque uno es más feo o no es exactamente igual que los demás ( y mira que se explica bien en la circular... ) y tener un problemón porque a ver qué haces, ¿que salga? ¿le haces un apaño? ¿le dejas al fondo? Así que para arreglar eso hacemos el disfraz en clase, bueno, si son muy chiquitines lo hacemos las profes y les estampamos las manitas, que son muy graciosas y a las familias les parece muy tierno. Además, así les tenemos más tiempo de entretenidos con preparativos del festival.
Se pasan mucho ensayando.
Pero siempre, por mucho que practiquen, sale un grupo que ayer se lo sabía al dedillo tras las 8525807 horas de ensayo y ahora dicen que se han quedado en blanco.
Siempre hay imprevistos.
Además de peques que se olvidan el disfraz, no vienen, o se olvidan de las cosas, también están los que justo estaban almorzando y se ha manchado todo el traje y es todo un drama porque ya saben que es un día muy especial y que hay que hacerlo fenomenal (además, ya saben que Los Reyes andan cerca y están atentos a todo...) porque seguramente vengan tíos, primos, abuelos y hasta el vecino.
Su mayor jurado serán las familias.
Claro, realmente no juzgan a su peque y lo comparan con otros, juzgan a la escuela, tienen que enseñar a las familias lo obedientes y listos que son todos gracias a nuestra guía. Todos sentaditos, en filita, o incluso en trona si son bebés, qué disciplinados, maravilloso. Los más mayores ya demuestran lo que les ha sido enseñado por exámenes, pero esto es una presentación en directo, una prueba con un jurado, unas oposiciones en toda regla, hay que poner toda la carne en el asador ante las familias. Para los peques también son las familias su jurado más importante, aunque saben que su profe está a un ladito mirando muy atentamente y pondrá malas caras si algo no sale como estaba previsto. Eso sí, terminar la actuación y ver a todas las familias sonriendo, aplaudiendo, diciendo lo bien que lo han hecho aunque no fuese verdad, vale la pena todo el esfuerzo, para peques y para profes.
Tal vez se han quedado como estatuas, pero les  decimos qué bien lo han hecho y qué guapos están porque es fiesta.
Y luego, además del vídeo que graban para enseñarlo a todo el mundo, se hacen fotos con unos, con otros, con profes, con amigos, y cualquiera que pase, porque hay que recordar el día. A veces están tan cansados que (de nuevo) lloran, pero están tan guapos, y ha sido tan bonito...
Sin duda es un día muy importante, aunque sin familias no se haría.
Si no fuese por mostrar nuestros dones docentes, pasaríamos el día jugando y de fiesta, porque es verdad que es agotador para profes y peques todas las horas de ensayo y preparativos, es un estrés...
La verdad no sé porqué se hace.
Conozco centros en los que la fiesta es realmente una fiesta, un encuentro, un tiempo de disfrute junto a las familias y otros compis, en el que bailar cómo, cuándo, y cuánto quieran. Visten ropas cómodas en vez de adornos que "pican" o disfraces que hacen de caminar o ir al baño una misión casi imposible.
Tal vez las familias deberían dar voz a sus peques y negarse a que su peque participe si no quiere.
Será la oveja negra, aunque si vamos difundiendo no lo será por mucho tiempo. Las familias no son conscientes o no reparan en lo que implica esa fiesta tan "divertida" en la que su peque puede que haga una actuación digna de Hollywood o un desastre digno de YouTube, porque sin duda se trata de disfrutar a costa de los peques.

*Nótese ironía en todos los puntos anteriores. 
En nuestro centro, las fiestas son junto a las familias no para deleite de éstas. La comunidad educativa decide en conjunto qué y cómo celebrar, teniendo muy en cuenta la decisión de los protagonistas. Incluso en los cumples, deciden cómo celebrarlos, porque es su vida, porque no están para hacernos bailes, porque su única tarea es jugar, porque si quieren bailar y mostrarlo lo harán, porque debemos RESPETARLES, no son nuestras marionetas ni monos de feria.



lunes, 19 de noviembre de 2018

Si los celebras, que los ejerzan.

El 20 de noviembre es el día internacional de los Derechos de lxs Niñxs. Muchas escuelas, instituciones y familias lo celebran, y sería fantástico si no fuese porque el resto de días, o incluso en el mismo de su celebración, los mismos que los celebran, los vulneran.

Comencemos con un poquito de historia:
- En 1959, Naciones Unidas aprobó una Declaración de los Derechos del Niño que incluía 10 principios. Pero no era de carácter obligatorio.

- El 20 de noviembre de 1989, 40 años después, se logró aprobar la Convención sobre los Derechos del Niño, esta vez, de carácter obligatorio para todos los países que la ratificasen.

- En 1990, se convirtió en ley, siendo firmada y aceptada por 20 países, entre ellos España. Hoy, la Convención ya ha sido aceptada por todos los países del mundo excepto Estados Unidos.
(fuente: Unicef.es)

Dos puntos importantes:
1- No debemos limitarlos a los 10 derechos de 1959, sino muchos más, los 54 artículos de 1990.
2- Su cumplimiento es OBLIGATORIO y es el Estado quién debe velar por su cumplimiento.

Teniendo en cuenta esto, me gustaría analizar algunos de los derechos que más se vulneran en las escuelas, instituciones y familias:

Art. 3: En todas las medidas concernientes a los niños que tomen las instituciones públicas o privadas de bienestar social, los tribunales, las autoridades administrativas o los órganos legislativos, una consideración primordial a que se atenderá será el interés superior del niño

Tercer artículo y ya encontramos el primer derecho que se vulnera (¿casi?) a diario. ¿Realmente creéis que se atiende el interés superior del niñx? Creo que no arriesgo mucho si digo que no, pues por norma general hacen lo que alguien impone; alguien que en el mejor de los casos cree que es lo que debe interesar a ese grupo, y en el peor... que lo impone "porque sí, porque toca, porque siempre ha sido así, etc".
Pequeño inciso:  Derry Hannam propuso en 2016 que lxs alumnxs escogiesen un 20% del contenido a estudiar en horario lectivo. Los resultados de la medida fueron mucho mayores de los esperados: mayor rendimiento, mejor relación profe-alumnx, mayor compromiso, menor absentismo, etc. En este caso, hablamos de interés en la escuela, pero debemos velar por el interés en todos los ámbitos de la infancia, lo cual incluye el hogar. Ay.. si lxs niñxs votasen, el mundo sería muy diferente, pues se daría a la infancia la importancia y prioridad que merecen. Como dice Mar Romera: no es educar para la infancia sino con la infancia.

Art. 12. Los Estados Partes garantizarán al niño que esté en condiciones de formarse un juicio propio el derecho de expresar su opinión libremente en todos los asuntos que afectan al niño,
teniéndose debidamente en cuenta las opiniones del niño, en función de la edad y madurez del niño


Art. 13: El niño tendrá derecho a la libertad de expresión; ese derecho incluirá la libertad de buscar, recibir y difundir informaciones e ideas de todo tipo, sin consideración de fronteras, ya sea oralmente, por escrito o impresas, en forma artística o por cualquier otro medio elegido por el niño.

Hilados al artículo 3 en cuanto a tener en cuenta su opinión e interés; estos artículos se vulneran, faltando a la libertad de expresión y opinión, cuando no se les permite: vestir con/sin determinadas prendas, jugar con determinados juguetes o pintar con determinado color según su género, inscribirse en aquellas actividades de su interés, leer determinados libros, pintarse o maquillarse si no es lo "normal para su género", etc.  No se trata de facilitar todo, pues los recursos materiales a nuestro alcance pueden ser limitados, pero si disponemos de ellos, es nuestro deber permitir que escojan libremente. Respetemos, sin juicio.


 Art 15. Los Estados Partes reconocen los derechos del niño a la libertad de asociación y a la libertad de celebrar reuniones pacíficas.
¿Tienen la infancia y adolescencia espacios en los que reunirse? Tal vez sí, pero siempre o casi siempre están supervisadxs y/o guiadxs por adultxs, y como dice Mar Romera: "Las mejores cosas ocurren a escondidas".
Anda que no habréis escuchado un: "no vayas a invitar a X a tu cumple, que menudx es...", o un "no se te ocurra hacer el trabajo de X asignatura con X, que ya sabes cómo es..." Dejemos que se junten con quien quieran, no anticipemos, demos libertad y herramientas, no parches camuflados de soluciones. 


Art. 17.  Los Estados Partes: a) Alentarán a los medios de comunicación a difundir información y materiales de interés social y cultural para el niño, de conformidad con el espíritu del artículo 29.

¿Noticias con lenguaje y contenido para la infancia? Sinceramente, no creo que los medios estén usando un lenguaje ni un contenido adaptado. Y no hablamos de peques de infantil, quienes no suelen mostrar mucho interés, sino de peques de primaria y secundaria (sí, lxs adolescentes también tienen -los mismos- derechos) que encienden el televisor o abren el periódico y no entienden más de la mitad. ¿Por qué? ¿No interesa a la sociedad que la infancia sea consciente del mundo en el que vive y de cómo es la sociedad de la que forma parte (pese a no permitirles participar)? Tal vez...

Art 19. Los Estados Partes adoptarán todas las medidas legislativas, administrativas, sociales y educativas apropiadas para proteger al niño contra toda forma de perjuicio o abuso físico o mental, descuido o trato negligente, malos tratos o explotación, incluido el abuso sexual.

Pues eso, que "el cachete a tiempo", la humillación, el "rincón de pensar", o cualquier castigo físico o mental, no son legales. ¿O no los consideras un abuso? La RAE nos indica que abusar es: "Hacer uso excesivo, injusto o indebido de algo o de alguienHacer objeto de trato deshonesto a una persona de menor experiencia, fuerza o poder"  Pues eso.


Art 31. Los Estados Partes reconocen el derecho del niño al descanso y el esparcimiento, al juego y a las actividades recreativas propias de su edad y a participar libremente en la vida cultural y en las artes.

Por tanto, prohibir salir al patio, jugar en las plazas, salir con amigxs, etc. incumple el derecho al juego. ¿Y echarse la siesta? En muchos coles no se les permite ni facilita a partir de los 3 años... ¿Dónde queda su derecho al descanso? ¿Y esos días de deberes hasta las 10 o más de la noche? ¿Y las semanas repletas de exámenes en las que algunxs se ven en la obligación de cambiar su tiempo de ocio por tiempo de estudio? De verdad... ¡¿Hasta dónde vamos a llegar?!



"¡Pensé que sería más grave! Menuda exageración... Si de 54 artículos sólo mencionas 7!"

¿Y? ¿Acaso hay un artículo menos importante que otro? No, y no lo digo yo, también nos lo recuerdan en Unicef:
"¿Cuál es el derecho más importante?Los derechos de la infancia son indivisibles, interdependientes y están vinculados unos con otros. Cuando en un caso concreto existe un conflicto de derechos, un derecho puede anteponerse a otro a la hora de tomar una decisión. Pero esto no implica que haya derechos más importantes que otros."


Así que, si consideras importante y respetas el derecho al nombre, a la vida, a la no discriminación, a la alimentación, a la educación, a la salud, a la familia, ...

No olvides ni vulneres tampoco el derecho a: la toma de decisiones, la libertad de opinión y expresión, la libertad de asociación y reunión, la información adaptada, no recibir abuso físico ni mental, o trato negligente, el juego y el descanso.

EN NUESTRO ESPACIO, NO BUSCAMOS CELEBRAR EL 20 DE NOVIEMBRE SINO QUE PUEDAN EJERCER CADA DÍA TODOS SUS DERECHOS,  Y TÚ ¿LOS CELEBRAS HOY O LOS VELAS SIEMPRE?


Si quieres leer todos los artículos que componen la Convención sobre los Derechos del Niño, visita:
https://www.unicef.es/sites/unicef.es/files/comunicacion/ConvencionsobrelosDerechosdelNino.pdf


jueves, 15 de noviembre de 2018

Ni asamblea, ni corro, ni círculo.

Hoy quiero compartiros algo que decidimos cambiar y posteriormente eliminar del proyecto: la hora de "asamblea".

Hace cuatro años, cuando pensamos el proyecto, teníamos claros varios aspectos relacionados con el momento de la asamblea:


- Se iba a realizar cada mañana de 9:30 a 10:00, hora aproximada en la que ya habían llegado todas las personas del grupo y habían podido disfrutar de un tiempo de acogida con juego libre.

- Se miraría el día, el tiempo, cantaríamos, leeríamos un cuento o varios, hablaríamos de la tarde anterior o el finde, compartiríamos curiosidades, y plantearíamos las propuestas del día.

- Cada peque decidiría si participar de forma activa (proponiendo y actuando) o de forma pasiva (observando).

- Al igual que las propuestas (antes llamadas talleres) sería un momento respetuoso, en el que cada peque decidiese si participar o continuar con su juego libre. 

- Habría libertad para sentarse, estar de pie, tumbadxs, de rodillas, bailando, o como fuese, cada ser decidiría cómo estar. 

- Se permitiría que entrasen y saliesen de esta rutina cuando les apeteciese, pudiendo incorporarse o retirarse aunque ya hubiese comenzado. 

Parecía que la asamblea seguía totalmente la línea respetuosa del proyecto general ¿no? Bueno, pues así fue cómo lo implantamos. Hubo días que charlamos más y otros menos, que cantamos más o menos, que contamos cuentos o no, que apuntamos cosas en el calendario o no... Al tener como máxima el respetar los ritmos y necesidades de cada peque, hubo días en las que la "asamblea" era individual, pues al resto no le apetecía. Lo aceptamos y no lo juzgamos, no a todo el mundo le apetece hacer lo mismo cada día, hay días que tenemos otras necesidades que nos llaman más. 


Además, otra de las máximas del proyecto es el respeto del juego libre, pues sabemos que es su "trabajo" y no aporta nada cortarlo o interrumpirlo. Así que hubo días que no encontrábamos ese momento de parón para sentarnos y charlar. No nos preocupaba, disfrutamos observando, y sabíamos que la asamblea no necesariamente les iba a aportar algo mejor que ese juego que tanta concentración les demandaba.

Tras unos meses probando y observando, un día nos dimos cuenta de que cuando realmente hablábamos y compartíamos cosas peques y acompañantes, además del día a día, era en la hora del almuerzo. ¡Qué obvio! ¿acaso no es alrededor de la mesa donde es habitual juntarnos y compartir? Ay... al menos nos dimos cuenta, y ya se sabe: más vale tarde que nunca.


Desde entonces, no hacemos asamblea/círculo/corro/cualquier cosa artificial que se le asemeje. ¿Acaso las familias os despertáis y lo primero que se os ocurre es mirar el día de la semana, quién ha venido, el tiempo, etc? Seguramente no, aunque tal vez sí, hay veces que lo primero que queremos saber es el día que es por si tenemos alguna fecha señalada pronto, o miramos el tiempo si vamos a ir a la calle; pero todo ocurre de forma natural, espontánea, no es en absoluto artificial o rutinario.


Así que, desde ese día, cuando nos sentamos a la mesa a almorzar hacemos lo que haría una familia: hablar, compartir, soñar, escuchar... Ese es el verdadero momento de encuentro. 


En la mesa han surgido grandes debates, ha habido interés por buscar qué día es y cuánto falta para el cumple o la fiesta de X, hemos compartido aventuras, hemos planeado qué queríamos investigar o qué juegos queríamos hacer ese día,hemos mostrado nuestros sentimientos y acompañado, hemos recordado conflictos internos y externos, hemos mirado por la ventana para observar las estaciones o el clima (especialmente cuando queríamos salir de excursión), hemos compartido risas, hemos dejado a un lado la comida para jugar en la mesa, hemos visto y probado distintos alimentos, y ante todo, hemos disfrutado. 


A la izq. veis un juego descubierto ese día entre las estanterías. Hizo que dejasen para más tarde el almuerzo y así explorar con las letras. 

Cada peque come cuando quiere, pues defendemos la auto-regulación de la alimentación, y normalmente nos sentamos en grupo, pero seguimos respetando que haya peques que no quieran participar. Disfrutamos de ese momento espontáneo y natural, alrededor de la mesa, no en el suelo ni en cojines frente a un gran panel que nos muestra el día, el clima, el mes, la estación, los cumpleaños, los asistentes, y mil cosas más que se le ocurran a la persona que organiza "el encuentro". 


Y algunxs estaréis pensando: vale, vale, pero ¿y todos los beneficios y contenidos curriculares de una asamblea? respetar del turno de palabra, trabajar conceptos temporales, identificar el clima, estimular la memoria, escuchar, exponer y hablar en público... ¡Ah! Y ahora también se trabajan las emociones, claro.  (y el número protagonista, y el poema de la semana, y el abecedario, y escribir el nombre, y una o varias figuras geométricas, y hacemos una suma, y buscamos el cumpleaños del mes, y vemos los bits de mates, y los bits de monumentos, y los bits de ropa, y la canción de la estación, y ......, y......, y......, y.....) - Me estresa y agota sólo de pensarlo.


Ya, sí ,claro... pues... a ver ... ¿por dónde empiezo?

Además de ser un momento de encuentro y de compartir, una de las causas por las que queríamos introducir la asamblea era para trabajar la orientación temporal: qué día es, qué día de la semana fue ayer, cuánto falta para X, etc. Pues sabemos lo complicado que les resulta orientarse y los líos que se suelen hacer, así que creímos importante facilitarles un sistema en el que orientarse temporalmente. 

Por eso dispusimos (y mantenemos) un gran calendario (de verdad, no de esos de dibujitos ni nada similar) y un reloj con pictogramas. Al principio teníamos un calendario de pinzas, que íbamos girando día a día y era muy manipulativo, y después optamos por el típico con cuadraditos para que pudiesen escribir en ellos y que fuese más real. Cada peque los mira e interactúa con éstos cómo, cuánto y cuando quiere. Ha habido peques que han querido contar días para ir a la playa, para su cumple, para ir al pueblo, para ir a la biblioteca por la tarde, para que saliese su peli preferida... Y peques que han mirado nuestro reloj con pictogramas más de veinte veces para saber a qué hora viene su familia y "calcular" si daba tiempo a preparar un juego o no. 

Es en esos momentos en los que verdaderamente se trabajan esos contenidos lógico-matemáticos (conteo, secuencia, identificación de los números, etc. ) que pretenden trabajarse en una "asamblea"; a no ser que sea simple y tristemente un "time-filler" - no sé si existe traducción para esa expresión- ¿pasatiempo? :-/ 


Todo lo demás se trabaja de forma natural en el juego libre, pues en él hay turnos de palabra y practican la atención, memorizan si juegan a hacer parejas o si tienen que buscar un juguete que no está en su sitio, miran por la ventana para ver si deben abrigarse más o menos si quieren salir al patio o se marchan, realizan trazos si lo desean, comparten experiencias con otrxs, etc. Lo de las emociones... creo que merece un post a parte, pero lo resumiría en: no se trata de nombrarlas sino de identificarlas, empatizar, gestionarlas, etc. El número protagonista, el poema de la semana, la figura geométrica y demás, pueden tener su momento durante el día, de forma espontánea también. Si pensamos bien los materiales que vamos a facilitar en el espacio, en el espacio habrá: números, letras, cuentos y poesías, juegos con formas geométricas, etc. Más valen 2 minutos (que suelen ser muchos más) de concentración plena en un juego escogido libremente, que 20-30 minutos sentados sin ser en absoluto significativo y completamente repetitivo- memorístico. 


Así, que, creemos que teníamos muchas razones para no hacer una "asamblea tracicional" y observando y observándonos hemos encontrado muchas otras para eliminarla por completo para sustituirla por un encuentro natural en la hora del almuerzo. Gracias a nuestro compromiso con la formación continua y revisión periódica del proyecto, supimos dónde pulirlo para ofrecer así un espacio cada vez más familiar, natural, y respetuoso. Seguimos aprendiendo, observando y observándonos.

viernes, 12 de octubre de 2018

Acompañando hacia la libertad

Días de lluvia, días de nostalgia y de reflexión, días de echar la vista atrás y de ver el camino recorrido. Nadie sabe qué habrá en la siguiente curva pero seguimos caminando con paso firme, confiando en nuestras alas.



Tercer curso acompañando a peques en sus primeros pasos y palabras, sus primeros bocados, sus primeros conflictos, sus primeras frustraciones y sus duelos, sus alegrías y sus enfados, su descanso y energía, su curiosidad, su cariño, su lógica que te descoloca, sus sueños...su libertad en todos los sentidos.
Tercer curso confiando en cada pajarilllo que se ha posado en nuestra rama, respetando su proceso, su naturaleza, su perfecta imperfección.



De pronto nos paramos y contamos, 17 peques ,13 familias, han compartido un tiempo en este árbol. Nuestras ramas van creciendo según observamos a los pajarillos. Les observamos muy de cerca, sus necesidades, sus intereses, su naturaleza... y aprendemos juntos.

17 pajarillos que han removido las hojas del árbol y provocado cambios en las raíces, creciendo cada vez más hacia un modelo totalmente abierto y respetuoso con cada ser, hacia una verdadera escuela libre.

Al diseñar el proyecto en 2015, hicimos un proceso de "desintoxicación escolar", pues si algo estaba claro era que queríamos un espacio respetuoso, que confiase en cada peque, en su naturaleza curiosa y su auto-regulación natural de toda necesidad.

Para ello, además de la formación como acompañantes, sabíamos que el espacio cortaría de raíz las condiciones que son habituales en los centros tradicionales: familias fuera de las aulas, materiales fuera del alcance, fichas, premios y castigos, aprendizaje por proyectos no iniciados por cada peque, horarios estrictos de alimentación y descanso, excursiones nada significativas, actividades dirigidas, insuficiente espacio para el libre movimiento, segregación por edades, total ausencia de la educación emocional, anteposición de las prisas a la autonomía, privación de la auto-regulación, reclusión en espacios cerrados, autoridad impuesta, grupos masificados, y un etcétera tan largo que podría merecer otro post...

Al ponernos en marcha, hemos mantenido nuestra actitud observadora, de acompañantes, confiando en cada peque, buscando proporcionar un espacio libre y respetuoso para cada integrante. Y, como dijo John Cotton: "Quien se atreve a enseñar nunca debe dejar de aprender". Y aquí seguimos, aprendiendo de cada pajarillo, moldeando las ramas del árbol para que puedan moverse por ellas libremente y confiando en que su estancia aquí les permita poder volar donde deseen, confiando en sus capacidades, conociéndose, habiendo tenido un tiempo en el que desarrollarse libremente.

En este tiempo, además de la desescolarización inicial que mencionaba, hemos "podado" las actitudes que hemos identificado como contaminantes para un espacio completamente libre. Acciones que se habían colado sin percatarnos, no siendo conscientes de su trasfondo. Y buscando acercarnos más al modelo de escuela libre, hemos ido realizando cambios en nuestro árbol:



Podamos las ramas de la asamblea matinal, dando paso a las reuniones en la cocina, mientras almorzamos.
Nos desprendimos de la rotación de materiales propuesta por acompañantes, dando paso a la rotación escogida por quienes disfrutan del espacio, cada peque.
Eliminamos los talleres, dando paso a las propuestas de juego libre y espontáneo.
También nos desprendimos de los horarios de cualquier actividad, dando paso a la espontaneidad, disfrutando de cada segundo.
Atrás quedaron los grupos separados por trienios, dando paso a la realidad social y la libre agrupación.
Nos olvidamos también de los miedos a no adquirir ciertos hitos si no se proponen, dando paso a la confianza y el no-juicio.
La decoración escogida por las acompañantes también se eliminó, pues volvía a ser una necesidad creada, ahora cada peque decide o propone qué, cuándo o cómo decorar su espacio.
La toma de consciencia de la temperatura corporal pasó a ser una responsabilidad de cada peque, pues esto forma parte de la auto-regulación.

Y como estos, seguro muchos otros cambios de los que no somos conscientes nos han ido haciendo cada vez más conscientes de nuestra misión, ACOMPAÑAR. Y lo pongo en mayúsculas, pues creo que lo que engloba es muy grande, y debemos ser muy conscientes.

Lo teníamos claro desde los inicios, pero si no fuese por el continuo trabajo interno, la directividad y presión de la sociedad en la que vivimos nos contaminaría sin darnos cuenta, afectando directamente a los pajarillos.

Por eso, podemos decir con mucho orgullo, que seguimos, que si vamos cambiando el rumbo y podando ramas es para dar paso a otras con aires más puros.

Gracias a los pajarillos que volaron pero siguen viniendo a visitarnos, pues por lo que nos enseñasteis ahora somos así. Gracias a los que estáis ahora, veteranos o recién llegados que nos seguís mostrando el camino cada día. Gracias a todas las familias que decidisteis anidar y confiar en estas ramas para vuestros peques, pues sin familias no hay camino a seguir. Gracias a los que os acercasteis para una pequeña estancia o a visitarnos, pues cada pajarillo cuenta y cada historia que nos traéis de otros árboles nos ayuda a seguir creciendo. Gracias a todos. Pajarillos... os esperamos.