El chupete, ese objeto sobre el que muchas familias reflexionarán ante la llegada de un bebé. Unas son partidarias y otras no, cada una con sus razones, unas científicas y otras más bien experiencias personales, pero ahí están, con sus ideas claras hasta que... nace, y según van descubriendo al nuevo miembro de la familia se van adaptando a sus necesidades. Porque, por mucho que se piensen las cosas antes de la llegada del pequeño, no será hasta estar con él cuando se forjen las ideas educativas.
Al igual que en otras entradas, voy a tratar de ser objetiva, mostrar los pros y contras del uso del chupete y dejaros la información para que cada uno sea libre de decidir qué ofrecer a su pequeño.
Los detractores del uso del chupete alegan que:
- Pueden confundirlo con el pezón y ello derivará a que luego mamen mal. Por esta razón, la OMS recomienda no introducir el chupe hasta que esté bien asentada la lactancia. La succión del pezón implica la boca abierta, mientras que la del chupe implica la boca cerrada. Si se ofrece el chupe cuando lo que demanda es una toma podremos confundirlo, y la próxima vez que tenga que mamar succione como un chupe, es decir, mal.
- El chupe hace que traguen aire. Podemos comparar un chupete con el efecto de un chicle en el adulto, abrir la boca a ratos les hará dar pequeñas bocanadas de aire, las cuales si son prolongadas en el tiempo les darán gases.
- Crea un fuerte apego y dependencia. Es habitual ver familias que ofrecen el chupe en el minuto cero de la demanda, sin antes probar otros medios de consuelo, ésto puede hacer que los peques no aprendan a regularse solos o a buscar otras medidas para calmarse, creándoles dependencia, con su consecuente ansiedad si no pueden disponer de él en cuanto lo necesitan.
- Los dientes se deforman. La organización de odontología pediátrica afirma que el uso del chupete no causa malformaciones irreversibles en la dentición hasta los 3 años, más tarde sí. Lo único que no debe permitirse según ésta organización es impregnar el chupete en productos dulces. ya que desarrollará la caries.
- Reduce el habla. Al tener la boca tapada, muchos optan por expresarse mediante gestos antes que quitarse el chupe para hablar, o hablan con el chupe puesto y pronuncian mal.
Por otro lado, los defensores del chupete alegan que:
- Hay estudios que relacionan su uso con la reducción del riesgo de muerte súbita del lactante. Aún están estudiándolo ya que no es claro, se ha llegado a confirmar que es cierto pero que a su vez puede incrementar el riesgo si el bebé suele usarlo y un día no lo usa.
- Alivia los cólicos del lactante y la dentición. Es cierto, pero no debemos olvidar que existen otros medios para ello: masajes o infusiones para los cólicos, y mordedores para la dentición.
- Se puede usar como objeto de transición cuando la madre no está presente, ya que les relaja y les recuerda a la lactancia. Las mantas de apego con el olor de la madre también son un objeto a tener en cuenta para esos momentos en los que demandan a su madre pero no es posible.
- Es mejor que el dedo. Los peques que se succionan el dedo, por norma general, se deforman el paladar, ya que el dedo es más rígido y ofrece más presión que la de un chupete. Por tanto, si el peque tiende a meterse el dedo, es importante distraerlo para que no se convierta en costumbre, el chupe, es una opción ante muchas otras.
- Si no mama, el chupe lo estimulará. El chupete despierta el reflejo de succión, por tanto, muchas matronas recomiendan estimularle con un chupe si no mama correctamente.
Y tras estos listados, simplemente apuntar, que si se opta por usar chupe, no sirve con tener uno, ya que se perderán, estropearán, mancharán... Hay muchos modelos, habrá que probar cuál le gusta más. Y ante todo, conociendo los pros y contras, tratar de tener claro desde el primer día cómo y cuándo se va a ofrecer: sueño, rabietas, a demanda, siempre...
Si se opta por chupete, también habrá que decidir cómo se abandonará. Algunos optan por un cambio radical (se pierde en algún sitio y no hay más, o se envía a los Reyes Magos o al Ratoncito Pérez o a un cole de bebés), otros van retirándolo poco a poco, reduciendo su uso, y otros esperan a que el pequeño lo deje por sí mismo, teniendo en cuenta que debería ser antes de los 3 años. Para ayudar en este proceso, existen bastantes cuentos infantiles en los que los personajes abandonan su chupe, uno de mis prefes es "El chupete de Gina"
Y esto es todo, espero no os dé muchos quebraderos de cabeza el "tete", pero ante todo, hay que tratar de ser firmes con nuestras decisiones. Bueno, más que firmes, seguros, seguros de que lo que hacemos es por y para el el bien de los chiquitajos. :-D
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