Supongo que no habréis tardado mucho en ver que lo que se trabaja en la ficha también se está trabajando con otros juegos. Las diferencias parecen bastante claras, pero me gustaría citarlas para ser más conscientes.
Una ficha trabaja siempre en el mismo soporte, papel, estimulando siempre un único sentido, la vista, y "forzando" a los peques a trabajar con cosas abstractas. Si ,por el contrario, les permitimos que la actividad sea manipulativa, que puedan tocar y experimentar, sentirlo y vivenciarlo, el aprendizaje será más rápido y motivador. Los peques necesitan de todos sus sentidos para aprender, pero especialmente del tacto. Las fichas son abstractas y no les será fácil relacionar lo "aprendido" en la ficha con un problema que pueda surgir en actividad manipulativa.
A las familias de los centros que trabajan con fichas , me consta que algunos hasta en bebés las utilizan, reciben a final del trimestre o del curso todos los "trabajos" del peque con mucha ilusión por todo lo que "han aprendido". Es posible que esos peques hayan aprendido, no lo descarto, pero no creo que ese aprendizaje lo hayan adquirido voluntariamente y por tanto, no será significativo, lo cual hará que con el tiempo se olvide.
Pero tampoco considero que deba darse un NO rotundo a las fichas, las fichas son un recurso más, es un recurso que puede utilizarse junto a otros, para trabajar los contenidos de formas diferentes o trabajar en un espacio más abstracto. Mi NO es rotundo a las fichas diarias, las fichas que hacen todos a la vez, de la misma forma, y sin atender a los ritmos de aprendizaje ni los intereses de los peques. Si se va a usar una ficha, que sea porque vemos que puede interesarle al peque, porque vemos que puede ayudarle a comprender mejor, porque vemos que es útil, no por pasar el rato o por entregan un "precioso" libro de fichas a las familias.
Las editoriales de estos libros de fichas, diseñan, como es lógico, un único libro, un libro que según sus editores es el adecuado para todos los peques. Ellos deciden cuales son sus necesidades, sus intereses, y los conocimientos que deben adquirir. Por ejemplo, un peque que vive en la ciudad verá la misma ficha de animales que el que viva en el campo, para uno será interesante pero para otro será algo nada atractivo ya que es su día a día. Y yo, pues no creo en ello, creo en la individualidad de cada uno en el respeto por el ritmo y los intereses de cada uno.
Cuando un centro utiliza fichas, el educador decide cuál, cuándo, dónde y cómo se hace, lo cual es completamente opuesto a ese respeto a cada uno que acabo de citar. Si en un espacio de educación libre se dejasen cuadernos de fichas a disposición de los peques, seguramente pocos se acercarían ya que preferirían actividades más manipulativas, y en caso de acercarse, sí que tengo por seguro que no realizarían la ficha de forma "correcta". Seguramente un peque con una ficha delante, al igual que con otro recurso, tenga una creatividad rebosante y miles de ideas para realizarla, pero dudo que su creatividad le lleve a hacer un trazo fino y ordenado antes que un garabato.
Con las fichas, no sólo se fuerza el aprendizaje, lo cual puede llevar a que se trabajen cosas demasiado complejas para que las entiendan, también se frena su creatividad, se les "enseña" a ser iguales, a dejar de ser ellos mismos.
Yo creo en el entorno como agente educativo, un entorno preparado por educadores que observan las necesidades de los peques y ofrecen recursos para despertar su curiosidad. Creo en un espacio en el que cada niño sea libre de aprender lo que le interese cuando le interese y como le interese, porque descubriéndolo por sí mismos ese aprendizaje no se olvidará jamás. Los peque son curiosos y creativos por naturaleza, no hagamos que pierdan esos dones sentándolos a hacer una ficha.
Por un futuro sin fichas.
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