A lo largo de estos años, no habíamos establecido nunca unas jornadas de puertas abiertas, pues siempre lo están tanto para las familias que vienen a conocernos como para las que ya forman parte del proyecto.
Los primeros meses de andadura hacíamos las visitas durante la jornada, pero pronto vimos que no era posible dar una atención de calidad ni a familias ni a peques, pues se nos despistaban cosas que decir y no estábamos al 100% con quienes vienen a disfrutar del espacio. Así que pronto nos decidimos el modelo actual: recibir a las familias sin haber peques presentes (más que el/los suyos) conocerles, darnos a conocer, resolver todas sus dudas, y luego ofrecerles un par de jornadas de observación.
Sí, has leído bien, jornadas de observación. Antes de inscribir a sus peques, las familias vienen tres mañanas y/tardes a ver el día a día del centro. Sí, he dicho tres, porque sabemos que no hay dos días iguales, que si ayer el día fue sobre ruedas seguramente el siguiente también lo sea, pero tal vez no, y queremos que lo vean. No son jornadas pautadas, ni tres días seguidos, pueden ser en cualquier momento del año, y el tiempo que decidan. Queremos que la gran decisión de dejar a su peque en manos de otra persona sea una decisión segura, que nos conozcan y sepan de primera mano qué se van a encontrar, que hablen con otras familias, y que nos pregunten cualquier mínima duda. Por mucho que contemos en la primera visita, sabemos que ofrecer esos días de prueba hará que su decisión sea mucho más consciente y personal, no basada en lo que les contamos sino en lo que podrán vivir y experimentar en esos días.
Ofrecer estos días nos parece de suma importancia sea el peque de la edad que sea, pero más aun cuando quien se va a incorporar es un peque sin lenguaje, pues bien sabemos que los mayores pueden expresar cómo se han sentido o qué han hecho, pero ¿y los bebés? Aquí, las puertas están siempre abiertas, a familias que buscan incorporarse y a las que ya pertenecen al proyecto, pues no hay nada que esconder. Y no, las visitas ni molestan ni distraen. Además, distraer ¿de qué? Aquí, si tienen hambre o sueño, una visita no hará que cambie, y puesto que son los peques quienes deciden a qué, cómo y con qué jugar a cada momento, en todo caso la visita les enriquece, pues siempre les gusta mostrarles el espacio, su actividad preferida, etc.
Por eso, siempre avisamos, cuidado con las puertas abiertas, con los centros que:
- te enseñan los pasillos (si lo hacen) de forma fugaz, para que veas lo justo y necesario. - Consejo: fíjate en la cantidad y altura de los materiales. Si son pocos y encima están en alto...
- tienen los pasillos decorados con miles de murales y fichas preciosas e idénticas para que veas lo mucho que aprenden y trabajan. Viva el juego libre, la creatividad, y la curiosidad innata...
- realizan las entradas en la puerta y/o "arrancan" de los brazos. ¿Recuerdas el post "Adaptación ¿respetuosa?" ? pues eso...
- entregan a los peques en el patio/puerta cual paquetes.
... muestran el tipo de relación y transparencia familia-centro.
Si buscas un centro con PUERTAS ABIERTAS de verdad, ven a conocernos.
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